jueves, 20 de noviembre de 2014

Cómo iluminar tu tienda

La iluminación en un local comercial es vital para marcar espacios y destacar productos. Recuerda siempre que la primera toma de contacto con los productos se hace a través de un vistazo general del lugar donde se hallan. A continuación te desarrollamos algunos consejos a la hora de iluminar tu tienda.
Mientras los puntos de luz suponen un foco de atención de la mirada, un rincón en sombra provocará la indiferencia del cliente.
Tengamos en cuenta que la iluminación de un comercio se hace con las siguientes intenciones:
  1. Atraer al cliente
  2. Es una tarea que debemos llevar a cabo tanto desde fuera (con el escaparate)  como en el interior del local.
    El escaparate es un lienzo donde los puntos de luz deben causar curiosidad y atraer la mirada del transeúnte para captar su atención.
    Una iluminación uniforme no llama la atención. Hay que potenciar luces directas sobre los artículos más interesantes o llamativos.
  3. Apreciar la mercancía
  4. Tras mirar el escaparate, el cliente potencial observará el interior de la tienda. Es bueno que desde el escaparate se pueda ver, al menos, una parte del local.
    En la parte de la tienda que el cliente pueda ver desde la calle, destacaremos ciertos objetos llamativos e identificadores de la marca, tanto productos en venta como de elementos decorativos.
    Jugando con la intensidad de las luces marcaremos un recorrido visual. Es necesaria una iluminación general suficiente para apreciar todo el espacio, y destacar con golpes de luz ciertos productos ubicados en zonas donde queremos que se acerque el cliente.
  5. Concretar la venta
  6. Tras otear el panorama y observar los productos, la disposición de la luz debe facilitar al cliente el proceso de compra.
    Iluminar la zona o el cartel de los probadores o la caja, simplifica el recorrido del cliente por estos lugares, la puerta ya sabe dónde está.
    Así mismo, si hay algún cartel de promoción o aviso que queremos que el cliente vea, debemos calcular bien el lugar donde colocarlo y la luz que debe iluminarlo.
Cuidado
El color de las luces es importante, debe ir acorde con el resto de la decoración. Se pueden utilizar bombillas de colores o filtros.
Aún con bombillas blancas cada fuente de luz favorece el reflejo de unos tonos. Las lámparas incandescentes halógenas dan un tono amarillento-anaranjado, mientras el mercurio halógeno posee una luz azulada-verdosa.
La radiación ultravioleta de algunos halógenos sin filtro decolora los productos. Hay que elegir bien el compuesto de la fuente de luz.
El calor también decolora y estropea productos o decoración. Se pueden utilizar lámparas con un filtro ‘dicroico’ que refleja hacia atrás el 60% de la temperatura que desprende. ¡Cuidado con la ubicación de las luminarias!
La luz es una estrategia pero no olvides que tiene un coste. Calcula bien la energía que necesitas, cuántas lámparas debes poner para iluminar tu espacio teniendo en cuenta las que utilizas para dar toques de luz. Calcula la intensidad e utiliza bombillas de bajo consumo.
Ten en cuenta que la cantidad de luz también depende del color del techo, las paredes y los mismos productos.
Los colores oscuros requerirán más fuentes de luz para la iluminación general pero permitirán mejores resultados en la iluminación puntual de algunos productos.
Los tonos claros en la decoración permitirán reflejar más la luz en el espacio general haciendo que necesites menos lámparas pero más potencia en los focos de luz que quieras destacar.


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